El Bernabeu ya tiene a su "Gladiator"
Los últimos acontecimientos, han hecho que las miradas estén constantemente puestas en Mourinho. Es cierto que siempre ha sido un entrenador muy mediático y que allá por donde va no deja indiferente a nadie, pero este año la cosa es distinta. Parece estar descontento en el banquillo blanco y no hace esfuerzos por disimularlo sino todo lo contrario. Ya se ha enfrentado en lo que va de temporada a la afición, al presidente e incluso a su propio equipo. Y lo más llamativo del tema, es que el portugués hace y deshace en la “Casa Blanca” sin que nadie aparentemente le pare los pies, ni Florentino ni nadie de la cúpula directiva.
No se sabe hasta cuándo va a durar la peregrinación de Mou por Chamartín. Algunos apuntan a que ya existe un pacto verbal entre el presidente y el técnico para resolver el finiquito a final de la presente temporada. Otros afirman a que cumplirá su contrato con el Real Madrid. Sólo se sabrá a ciencia cierta al final de la campaña y puede que las apuestas por la Champions League tengan algo de peso en esa decisión final.
Con lo que no contaba el entrenador portugués es con un jugador como Ramos. Mourinho ha sido capaz de aplacar y domesticar a todos los jugadores de los clubs en los que trabajó. Incluso a los más polémicos o a los más emblemáticos, José fue capaz de llevárselos a su terreno. Y no son pocos que alaban desde la distancia el método utilizado por Mou en temporadas pasadas, pero en el Real Madrid parece que no se ha entendido del todo.
Las señalizaciones constantes ante errores puntuales no sientan bien a nadie. Uno de los jugadores, señalados en más de una ocasión es Sergio Ramos, que tanto dentro como fuera del campo tiene una personalidad aplastante. El central de Camas, no se ha amilanado ante las declaraciones de Mou y en ocasiones, como esta última, ha contestado a su técnico. Ramos, apuntó que no es su educación señalar a los culpables y que él nunca lo haría. Dejando de esta forma un recado a su míster, que no es la primera vez que se ve las caras con el andaluz. Tras abandonar el césped del Bernabéu expulsado contra el Rayo, ni se miraron y eso que se cruzaron a dos metros. Está claro que la relación es tensa, pero Ramos, con mucho valor, defiende su postura, le pese a quien le pese. Es un gladiador que quiere ganar las apuestas tanto dentro como fuera del terreno de juego y es uno de esos jugadores, que visto lo visto, Mou no será capaz de doblegar tan fácilmente.
Carlos Cruz
