Las cosas no andan tranquilas por Chamartín. El Real Madrid está cuajando un inicio de campaña no demasiado bueno para las expectativas que se le presupone a este equipo. Por presupuesto, por jugadores y por nombre, estar por debajo del Atleti y sobre todo, del Barca, es una losa muy pesada para el madridismo que ve cómo sus dos eternos rivales caminan por un sendero de rosas.
El sábado el Coliseo Blanco acogerá un envite histórico. El Atleti visitará el Bernabéu como tantas otras veces, pero este año parece que algo no cuadra en la ecuación. Los del “Cholo” son segundos a ¡¡ocho puntos!! del Real Madrid, circunstancia que no se veía hace décadas. La afición merengue está intranquila, saben que de salir derrotados en el derbi, el equipo puede perder gran parte de las opciones de hacer algo digno en las apuestas por La Liga, por mucho que los jugadores proclamen que no hay nada perdido. La cruda realidad es, que ante este Barça, once puntos parece una barrera insalvable y si no son capaces de vencer al Atleti, podría aumentarse a 14.
Mourinho, al que se le ha permitido de todo desde su llegada a la capital española, está contra las cuerdas, y no lo digo yo. Sin ir más lejos, el partido de las apuestas en Copa del Rey frente al Alcoyano sirvió a los blancos como trampolín a la siguiente ronda y como vara de medir. El público del Bernabéu en muchas ocasiones pitó al técnico luso, el cual genera mucha controversia entre la parroquia blanca y no todos comulgan ya con la religión del profeta portugués.
Hasta el momento, los resultados le habían servido a Mou como escudo ante todas sus actuaciones, en ocasiones, fuera de lugar y permitidas por el club blanco. Pero parece que el crédito se le está acabando al bueno de Mou. El derbi del sábado dictará sentencia. Vencer o morir; la moneda ya está en el aire para el técnico más mediático de las últimas décadas.
Carlos Cruz
