(NOTA: Rescato este artículo desde Marca.com)
Raúl debería hablar con su heredero
Tomás Roncero
El 7 es un dorsal emblemático en la mitología de los madridistas. Lo
lucieron con orgullo Kopa, Amancio, Juanito, Butragueño y Raúl. Y ahora,
lo lleva en sus hercúleas espaldas Cristiano Ronaldo. Los números de
esta página reflejan que Raúl, que tampoco era un goleador fanático al
hacer muchas funciones alejadas del área, siempre mantuvo ante el Barça
los mismos números y promedios que ante el resto de equipos. Más o
menos, les metía un gol cada dos Clásicos y siempre era un incordio para
los culés, sobre todo en la caldera del Bernabéu. Por eso, sería bueno
que el gran capitán buscase un hueco en su agenda alemana y hablase con
el portugués, que es una máquina demoledora y despiadada ante todos sus
rivales... menos con el Barça.
Cristiano debe serenarse cuando tiene delante las camisetas
azulgrana. Anoche no era un casting para ganar votos para el Balón de
Oro. El madridismo sabe que es un delantero portentoso, le quiere y no
necesita hacer alardes por estar Messi a unos metros de sus ojos.
Cristiano se ciega ante el Barça, sale obsesionado con meterles un gol
por la vía rápida y extravía esas virtudes que estos meses le han hecho
un futbolista admirado por la crítica y la afición. Raúl sabía que ante
el Barça hay que ganar las guerras (los títulos), aunque a veces se
perdiesen las batallas parciales con ellos. El cabezazo de Valencia dio
una Copa y no debe ser una excepción. Cristiano, hazme caso porque sabes
que te valoro y sé que el futuro pasa por tus botas de acero. Ánimo,
crack.
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